Sacerdote habría violado a dos niñas que trabajaban en su iglesia en Bogotá.


 

Inicialmente las menores no contaron a sus padres sobre el abuso, debido a que dependían económicamente del trabajo como empleadas del aseo del sacerdote, quien además les entregaba ayudas extra para su manutención.

 

Autoridades judiciales enviaron a la cárcel al religioso Gerardo Rojas Ríos, sacerdote señalado por el presunto abuso sexual de dos menores de 13 y 16 años, en hechos ocurridos entre los años 2012 y 2018 en una iglesia en el sector de Chapinero, en Bogotá.

La captura de clérigo se produjo por parte de efectivos de la Sijín de la Policía especializados en delitos sexuales.

De acuerdo con el testimonio de las menores, aportado a la investigación, "el padrecito se ganó la confianza de mi mamá que frecuentaba la iglesia, y porque nos ayudaba con algunos mercados debido a la pobreza en que vivíamos", narró una de los declarantes.

La investigación señaló que, el sacerdote Rojas, después de haber conocido a la mamá de las niñas, le propuso que las dejara trabajar algunos días haciendo aseo en la iglesia y en la casa cural, propuesta a la que la mujer accedió al creer absolutamente en el religioso por sus bondades “celestiales” y la figura de respeto que significaba.

 

Las niñas de 13 y 16 años trabajaron durante varios años con el cura, pero, los papás nunca llegaron a sospechar que el religioso las sometía a reiterados abusos sexuales, además de que cada vez que les pedía el favor de hacer el aseo, les entregaba la paga correspondiente.

De acuerdo con las autoridades, el detenido tomó rápidamente confianza con las menores y empezó a tocarlas indebidamente. El cura utilizaba la iglesia y la casa cural para aprovecharse de las niñas, quienes callaron el abuso durante varios años, por temor a que su familia perdiera la ayuda que les brindaba.

Sin embargo, las víctimas decidieron finalmente contar los abusos a sus familias y lo denunciaron ante la Fiscalía.

El sacerdote fue enviado a la cárcel y su condena podría estar cercana a los 24 años de prisión, sin rebaja de pena debido a que sus víctimas son menores de edad.