Por miedo a contagiarse de covid-19 y mantener distancia social quipo de futbol perdió 37–0.


 Los jugadores goleados no querían acercarse a sus oponentes por sospechas de contagio de covid.

Por temor a contagiarse de coronavirus un equipo de fútbol amateur decidió mantener el distanciamiento social en un partido. ¿El resultado?: un insólito marcador de 37-0. 

Se trata del club SG Ripdorf/Molzen II, que se enfrentó al Holdenstedt II en la ciudad de Uelzen, Baja Sajonia, un estado en el norte de Alemania. El encuentro se dio en la undécima división del fútbol de ese país, el pasado 20 de septiembre.

Como se explicó en varios medios germanos, los jugadores del SG Ripdorf/Molzen II decidieron conservar dos metros entre cada uno debido a que consideraron insuficientes las medidas de bioseguridad que se adoptaron para el compromiso.

Pero, ¿por qué estaban preocupados? El equipo perdedor aseguró que el Holdenstedt II había enfrentado a otro club que tenía jugadores infectados con coronavirus. 

SI bien el DT del Holdenstedt II, Florian Schierwater, señaló que tan pronto se enteraron del posible contagio se hicieron pruebas diagnósticas para covid-19 que salieron negativo, en el Ripdorf no estaban seguros de los resultados, pues consideraron que había pasado muy poco tiempo entre ambos juegos. 

 

La preocupación la extendieron a sus directivos, quienes intentaron convencer a sus pares del Holdenstedt II para posponer el juego, pero no lo lograron.

En protesta, solo siete jugadores del Ripdorf asistieron al juego, para evitar una sanción a todo el equipo por no presentarse. 

Para el equipo ganador la reacción de su contrincante fue desproporcionada

 

"El cuerpo técnico y la dirección del club tienen la responsabilidad de su equipo, por lo que tomar las medidas de bioseguridad debería ser de interés para todos", declaró  al diario alemán 'Allgemeine Zeitung ' (AZ) el copresidente del Ripdorf, Patrick Ristow.

 

Ese mismo medio difundió un video del partido en el que se aprecia a los jugadores perdedores hacer algunos amagues defensivos sin moverse mucho de su posición y, en general, dejando a sus contrincantes hacer las anotaciones. 

 

Desde el Holdenstedt II se mostraron indiferentes a la decisión de sus oponentes. "No había ninguna razón para no hacer sonar el silbato y llevar a cabo el partido", le dijo el DT Schierwater a 'AZ'. 

 

Para el entrenador, la decisión del Ripdorf resultaba desproporcionada porque "todos nos habíamos hecho pruebas (...) y no tuvimos contacto cercano con el equipo en el que se presentó el contagio", agregó.